miércoles, 20 de febrero de 2008

Adiós remisero

¿Qué santos son estos que cuidan a los viejos?
San Camilo, una residencia de lujo. San Jorge, una casa vieja. Las veo cuando viajo en remis.
Cuando llueve y no puedo usar la moto.
¿Qué pasó con esas vidas? Qué motor, biela, pistón. Cajas de velocidad que se quedaron sin aceite.
Un desarmadero atendido por señoras sin marido. A veces llega la felicidad de afuera: una torta. Un budín de pan en un tupper.
Mi remisero de cabecera repite lo mismo: mañana lo meto al taller. El Regatta está desnudo. Afloran los cables como un cuerpo abierto.
Le hago motor, dice. Chapa y pintura. Noo, sino da más esta cagada. Pensar que yo manejé un Mercedes en Buenos Aires!!!
La vida se sostiene por el engaño. La mentira que comen los viejos en San Camilo y San Jorge.
Como Laura que trae su silla y se pone a mirar el tránsito del bulevar. Su silla y sus recuerdos, son los únicos bienes que posee. Como a los otros viejos, las sillas les pertenenen y mueren con ellos. Después nadie las usará más que para apoyar plantas de paso o para treparse a limpiar los rincones. Algunos, tienen una radio, otros un rosario marrón o negro, una foto con su familia. A Laura no le gustan los poemas de amor. A veces, está contenta y algo dice entre dientes. La enfermera levanta a otro viejo que se cagó encima. Trabajo de mierda. Como el del remisero con el auto hecho mierda. O el playero de la YPF que tiene que bancarse a un boludo que quiere que le lave el vidrio del auto.
No hay santos para todos, que San Expedito me chupe un huevo. Que San Cayetano vaya a laburar, que no me espere.
Soy el dios del bulevar, nadie me toca el culo con mi moto.
Adiós remisero, desde ahora, los días de lluvia, no tendré verguenza de mis zapatos sucios.

1 comentario:

Daniel O. Requelme dijo...

La cofradía de la Chancha:

Un placer que el azar me otorga al borde del recorrido por la pasión del blog.

Muy agradable el paseo


Daniel O. Requelme

Córdoba – Argentina

www.danielrequelme.com.ar