La moto estuvo parada tres días.
El feriado me puso de cara al ocio total.
Agarré una bolsa de pan duro.
Hice tostadas en una essen.
Salí al patio a mirar las plantas.
El ruido del bulevar estaba lejos.
Mañana viajaré al trabajo, pensé.
Pasaré una moto con un carrito.
Las balizas son cd`s.
Colgados como un llamador de ángeles.
Otra moto.
Otra moto.
Pudiéramos ser una banda y tomar la ruta 66.
Y escuchar ZZ Top.
Una vecinita viene a jugar con Agustina.
Los padres nunca están.
Se queda en casa hasta la noche.
Le dice a mi hija: "decile a tu papá si me puedo quedar a comer".
Un día estaba con diarrea y vino a casa.
Se quedó como siempre hasta la hora de cenar.
La llevamos de vuelta y en su casa habían pedido pizza.
Viene a la siesta.
A la noche.
Anda por la calle como un perro callejero.
El padre tiene un taller de Mercedes.
La madre es peluquera.
Tienen dos perros en el patio.
Le compraron esa casa al anterior usurpador.
La televisión siempre está encendida, se ve desde la calle.
A veces me digo: cuando crezca le daré mi moto.
martes, 16 de octubre de 2007
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